¿Pero qué es el Ego?

El ego es astuto y le encanta hacerse pasar por quién no es y adornarse de cualidades de las que carece y señalar a otros para validarse a sí mismo. ¿Aún no sabes que es el ego? pues te lo explicamos.

SABIDURÍA

Escuela Shaolin Quan

máscara dorada rodeada de otras máscaras
máscara dorada rodeada de otras máscaras

¿Pero qué es el Ego?

El ego es un complejo sistema de creencias que cada uno de nosotros lleva consigo mismo, y que conforma lo que reconocemos como nuestra propia identidad o personalidad.

Estas creencias comienzan a ser programadas en nuestra mente desde la infancia, y constituyen nuestra herencia familiar. Durante la juventud, incorporamos nuestro propio sistema de creencias alineado con nuestros gustos y prioridades, generando así parte de lo que identificamos como nuestra personalidad social.

Durante la edad adulta continuamos añadiendo o eliminando creencias y patrones mentales para lograr adaptarnos lo mejor posible a las diferentes experiencias que vivimos. Todo este complejo sistema mental que constituye el ego es el resultado de las experiencias, influencias y expectativas propias y de los demás que hemos asumido como propios a lo largo de nuestra vida.

Cuanto más mayores seamos más dificultad tendremos para modificar o alterar ese complejo sistema de creencias, ya que tendemos a cristalizarlas al estar cada vez más identificadas con el sentido de identidad y de supervivencia del ego.

Si bien el ego es una parte esencial de nuestra psique y nos ayuda a socializar y sobrevivir en nuestra experiencia de vida, suele convertirse en un obstáculo para nuestro crecimiento personal y espiritual. Esto se debe a que todas estas creencias permanecen totalmente desorganizadas e incluso se contradicen unas con otras, lo que genera una mente subconsciente incoherente, inestable y frágil.

El ego hunde sus raíces en nuestros sistemas de creencias, y como forma de autoprotección nos impide ver más allá, simplemente porque dejaría de existir fuera de estos. Nos aferramos a nuestras opiniones y puntos de vista, defendiéndolos incluso cuando no son racionales o beneficiosos para nosotros. Esto nos limita impidiéndonos crecer y evolucionar como individuos.

Este desorden y falta de consciencia sobre nuestro propio ego se manifiesta en forma de sufrimiento como; intensos conflictos emocionales, constantes problemas personales, frecuentes discusiones, muchos miedos e incluso depresión.

Una de las características más destacadas del ego es su necesidad de validación externa. Ya que el ego vive hacia el exterior, buscamos constantemente la aprobación y el reconocimiento de los demás, porque esto refuerza artificialmente nuestra identidad y nos hace sentir algo más valiosos. Sin embargo, esta dependencia de la opinión de los demás nos hace vulnerables a la crítica y nos impide confiar en nuestra propia valía.

El ego también tiende a compararnos constantemente con los demás. Nos comparamos en términos de logros, apariencia física, estatus social y muchas otras áreas de nuestra vida. Esta comparación constante nos lleva a sentirnos inferiores o superiores a los demás, generando una exagerada sensación de separación y una constante competitividad.

Para liberarnos de los patrones limitantes del ego, es importante desarrollar una mayor conciencia de nuestras creencias y de cómo nos afectan, debemos comenzar a mirar hacia adentro. Cuestionando nuestras ideas preconcebidas y estando dispuestos a dejar ir aquellas que ya no nos sirven e incluso nos dañan.

De la misma forma que el dolor físico nos indica que algo anda mal en nuestro cuerpo, como puede ser una herida en la piel. El sufrimiento emocional, el estrés o la ansiedad constantes nos avisan de que algo anda mal en nuestra mente. Por este motivo, el primer lugar donde debemos mirar si deseamos ser más felices que ayer, son aquellos aspectos de nuestra vida que nos generan malestar y sufrimiento.

Con una mentalidad abierta y sincera comenzaremos a hacernos las preguntas importantes que nunca nos haría nuestro ego. ¿Soy feliz?, ¿Por qué?, ¿Qué me sobra y que me falta?, etc.

En última instancia, liberarnos de las limitaciones del ego nos permite vivir una vida más auténtica y plena. Nos abrimos a nuevas posibilidades y experiencias, y nos conectamos más profundamente con nuestra verdadera esencia.

En resumen, el ego es un complejo sistema de creencias que conforma nuestra identidad. Estas creencias permanecen desorganizadas e incoherentes, lo que genera una mente subconsciente frágil. Liberarnos de los patrones limitantes del ego requiere de auto reflexión, compasión y aceptación con uno mismo. Al hacerlo, podemos vivir una vida más auténtica y feliz, y que no te engañen, porque nada ni nadie puede cambiarte más que tu mismo.